¡Vamos que nos gusta el cine cutre aquí en el Almacén de Materia! (ya veis todo lo que hablamos de los live-action de Resident Evil) y si encima es de terror y para rematar ochentero pues no podemos pedir más.
Glen (Stephen Dorff), su hermana Alexandra (Christa Denton) y su amigo Terry (Louis Tripp) lo van a pasar un poquito mal, después de que aparezca, tras talar un árbol, un agujero en el suelo, que es una puerta al infierno, en el patio trasero de la casa de los hermanos.
Los padres de los hermanos se van unos días fuera y los chicos se quedan solos en la casa, hecho que Al (Alexandra) aprovecha para montar una fiesta con sus 'coleguillas del insti', por su lado Glen y Terry que habían encontrado una extraña geoda consiguen abrirla y después bajan a la fiesta, donde, el pobre Glen sale volando durante un 'experimento' de levitación.
El resto de la noche es movidita y el perro de Glen, Angus, muere.
El noviete de Al, entierra el cadáver de Angus en el agujero, lo que provoca que se abra la puerta al infierno. Por su parte, Terry descubre en las letras de las canciones de un disco de Heavy Metal pistas que le hacen descubrir que el agujero del patio es algo bastante peligroso, la puerta por la que el Señor de los Demonios hará su entrada para conquistar el mundo.
A partir de aquí, la cosa ya se pone loca y tenemos un derroche de efectos especiales de la época, o sea, una locura (con sus demonios en stop motion y toda la pesca), tras un pequeño momento de paz en el que todo parece haberse solucionado, gracias al uso de la Biblia, la película comienza su recta final, en la que se llevarán a cabo los sacrificios para abrir la puerta y Glen tendrá que enfrentarse a sus miedos.
Recordaba vagamente algunas escenas de ésta película, de haberla visto cuando era pequeño y la verdad, verla ahora, de nuevo, es pura nostalgia. Para muchos, puede que no sea más que una peli cutre y es verdad que este tipo de películas no soportan bien al paso del tiempo, pero para mi, la verdad es, que sin ser nada del otro mundo, es bastante entretenida. Eso sí, adolece de un par de problemas, la peli tarda en arrancar, tiene un comienzo un poco lento al igual que ocurre con la escena del cohete en la recta final, que desde mi punto de vista, está excesivamente alargada y se hace algo pesada; Otra cosa un poco raruna, es el cambio tan exagerado en el tono de la película que durante casi todo el metraje es de terror fantástico (o terror para niños como yo le digo) y en la recta final se vuelve mucho más oscura y sombría, esto puede no gustar a todo el mundo.
Y por aquí lo dejo ya, pues no hay mucho más que decir, salvo que hay una secuela...
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